The Bikini Operation
Con este nombre podríamos llamar a una película de James Bond o de cualquier otro personaje de acción de las pelis que se hacen últimamente y de dudosa calidad. Pero no, no es esto. The Bikini Operation es bien conocida por todos nosotros y no por ser una película aunque suele ser igual de fantástica.
Llegado el mes de mayo, viendo que se avecinan las vacaciones y que vamos a ir a la playa, echando la vista atrás de cómo nos hemos puesto de comer durante todo el invierno y el poco ejercicio que hemos hecho siempre nos planteamos lo siguiente: "ay ay ay, me he puesto como una foca monje, vaya michelines que me han salido, tengo una tripa que parece que estoy embarazado, es que no se puede desayunar tres veces cada día y luego irse al bar a tomar pinchos, ay ay, verás cuando vaya a la playa y me ponga en bañador la gente que va a decir, este verano no me como un rosco...". Entonces lo que se suele hacer es poner en marcha el operativo "bikini".
Lo primero que uno hace es tomar medidas pero no muy drásticas, las llamadas de autoengaño: "me quito de comer pan, en vez de desayunar tres veces desayuno una o ninguna y procuraré no tomar tantas tapitas en el bar"... Error, como no desayunas demasiado cuando llegas a casa te metes unos festines que parece que no has comido en la vida, además como no puedes probar el pan te lías a comer jamón y chorizo a cascoporro para compensar ese vacío que te queda en "el hueco del pan" y por supuesto sigues yendo al bar y no dejas de comer los famosos torreznos de Casa Pepe que te encantan.
Pasa una semana y, lógicamente, no has perdido ni un gramo. Es más, has cogido medio kilo y te preguntas que cómo es posible eso con lo infalible de tu táctica para adelgazar. Algo falla, así que decides remodelarla y tomar otras medidas un poco más drásticas: hacer algo de deporte y quitarte los bollos y las golosinas. Uno podría pensar que lo primero es duro pero lo segundo es terrible para la mayoría de los mortales. Te vuelves a autoengañar llevando una manzana en la mochila o en el bolso para cuando llegue la hora del bollo irte con los compis a comer algo porque ellos sí que comen bollos y chocolate y golosinas y todo lo que caiga ya que se lo pueden permitir al estar como sílfides (o eso crees tú). Total que ellos venga a zampar palmeras de chocolate, brazos de gitano, donuts, croissants, etc... y tú con tu miserable manzana... hay que ser fuerte y empiezas a comértela pero tu cara de sádico va en aumento según ves a los otros disfrutar de sus manjares y viandas. Decides que por un bollito que te comas tampoco pasa nada, además vas a empezar a hacer algún deporte y con eso compensarás con creces ese pequeño desliz en tu planificación para estar como George Clooney para el verano.
Lo primero que haces es mirar para apuntarte a un gimnasio, pero por lo general no nos gusta rascarnos demasiado el bolsillo así que te compras un chandal o unos pantalones cortos, te pones unas zapatillas y te echas a la calle a correr... La experiencia no es tan satisfactoria como pensabas: ampollas en los pies, dolor de piernas, agujetas, sobrecarga en un hombro, dolor en el pecho por no poder respirar... Todo sea por el deporte y por ligar en la playa, para estar bueno hay que sufrir! Al segundo día (si te queda moral) te vuelves a poner el traje de hacer deporte pero ya vas con cierta reticencia y dices que ese día lo vas a dar todo que lo peor ya ha pasado. Error, no sólo no lo das todo sino que corres menos tiempo. Encima te quedas conforme porque has corrido dos días seguidos y piensas que algo se te tiene que notar ya, que has sudado como nunca lo habías hecho. Así que nada, te pasas como cuatro días haciendo lo de correr y algún que otro bollo (por lo general sigues comiendo los mismos que antes de la operación bikini), sumado a lo de no comer pan, desayunar menos, seguir comiendo torreznos en Casa Pepe... Y vuelves a tu amiga la báscula... No has perdido ni un gramo, por lo menos esta vez no has ganado peso. Algo debe estar funcionando, puedo irme con los colegas al bar: un día es un día. Acabas ganando peso de las raciones de chopitos, bravas, oreja, entresijos, calamares, torreznos, etc... que tomáis con la celebración.
Al final, llegas al punto al que no querías haber llegado nunca: la dieta. Visto que todo lo anterior no te ha funcionado (no te explicas por qué al ser cosas infalibles y que a todo el mundo le han venido bien). Consigues de algún lado la famosa dieta de adelgace en cuatro días sin pasar hambre, milagrosa y escrita por Dios mismo por lo milagrosa que es. Manos a la obra:
- Día 1: desayuno café solo con sacarina (¿sólo eso? ¡Oh no! ¿Cómo aguantaré toda la mañana?). Si usted tiene hambre tómese a media mañana una cereza (ay ay ay, será cuestión de acostumbrarse). Comida: cuatro hojas de lechuga y un diente de ajo, de postre media cereza que no conviene abusar (vienes con más hambre que el perro del afilador desde el desayuno y viendo a la gente proseguir comiendo sus viandas y tienes que comer estas cosas, que no te gustan pero...). Cena: una manzana y un vaso de agua. (El sonido de tus tripas por la noche en la cama no te deja dormir, te comerías una vaca asada pero has de ser fuerte, o lo intentas, y piensas que mañana será otro día).
- Día 2: desayuno té solo con sacarina (empezamos bien la mierda de la dieta esta). Haga un esfuerzo si tiene hambre a media mañana porque no puede tomar nada, beba agua en abundancia (te puedes meter el agua en el... grgrgrg). Comida: puré de calabacín cocido con una gota de sal (madre mía, esto está más malo que chupar una tubería del váter pero lo engulles porque el estómago lleva dando la novena sinfonía desde anoche). Cena: tres hojas de lechuga y medio filete de pavo a la plancha sin sal (eso encima tampoco puedo comer sal, por lo menos vuelvo a probar la carne, algo es algo).
- Día 3: desayuno café solo con sacarina (mira, porque me eche azúcar no pasa nada una cucharadita digo yo, además un par de galletitas tampoco le hacen mal a nadie supongo). Comida: día festivo, lechuga a tutiplén (yo creo que si le echo un tomatito, una latita de atún y un chorrito de aceite de oliva no pasa nada, son todo alimentos naturales y no hacen mal a nadie supongo). Cena: filete de ternera mínimo (me voy a comer uno de 300 gramos que he oido por ahí que no tiene tantas calorías y me voy a hacer unas patatitas que no pueden engordar tanto y yo creo que me sale una cena equivalente a lo que ponía...).
- Día 4: desayuno... (¡¡¡A la mierda la dieta!!!, me voy a zampar un colacao de medio litro, con un bocata de jamón, unas tostadas y... para comer me voy a poner de cordero asado hasta que me salga por las orejas, voy a ir al bar y me voy a meter un bocata de calamares que no se lo salta un galgo y para cenar me voy a poner a reventar de hamburguesas).