Deportes

Este año he decidido apuntarme a la San Silvestre Vallecana. Es una carrera que se hace el día de nochevieja por la tarde para irte a casa calentito. Son diez kilómetros aproximadamente. La pregunta clave de estas cosas es ¿por qué la gente se apunta a esto?. Mira no sé porque creo que tiene más desventajas que otra cosa, a saber:

1. Por lo general, la gente no somos deportistas natos, es decir, que el deporte que practicamos con mayor asiduidad es el Sillon Ball y la Barra Fija. El esfuerzo mayor que uno hace es el de agacharse a atarse los cordones de los zapatos, cuando más sudas es en verano cuando te metes en el coche y estaba dándole toda la solera. Tus músculos son como chicles masticados o como carne del cocido, no tienen ese tono que tanto nos gustaría. Además, como en mi caso, tu cuerpo no está adaptado para deportes terrestres sino acuáticos ya que traemos el flotador incorporado, además se podría hacer el anuncio de Michelín sin grandes diferencias para el espectador. Tampoco la alimentación que uno lleva es la más saludable: comilonas hasta reventar, ponerse bueno de bocadillos, bollos, panceta, filetes, chuletones, barbacoas, comidas de empresa, beber copas hasta reventar, etc... Y la verdura y las cosas ni olerlas, si te haces una ensalada que contenga bien de aceite para luego comerte media barra de pan mojando en la salsa. En resumen, no somos deportistas natos.
2. Tienes que salir a entrenar. Como ya ha quedado claro en el punto uno, al no ser unos deportistas de la elite, aunque nosotros nos creamos que sí por la ilusión que siempre uno tiene innata, debemos salir a entrenar un poquillo. ¿Qué es eso de entrenar? Salir y cansarte mucho para otro día poder salir y cansarte también. Uno puede pensar que dónde está la gracia de esto, no sé. Por mi experiencia personal, coger cierto tono físico cuesta un montón pero perderlo es bien fácil, basta con que estés una semana sin hacer nada y verás si lo notas. Lo que suele ocurrir con los entrenamientos es que el primer día como vas descansado de casa pues lo das todo, te revientas, sufres lo más, te pones una sudadera con capucha, subes escaleras y al llegar arriba pegas saltos mirando para abajo y con los brazos en alto... Pegas saltos si no te ha dado un buen tirón a la subida, subes los brazos cuando ya te ha vuelto el aliento al cuerpo y si consigues esquivar a la de la guadaña que te viene persiguiendo. Entonces, como crees que tampoco se te ha dado mal pues te vas para casa diciendo que al día siguiente igual o mejor. Falso. Al día siguiente no puedes ni levantarte de la cama, tienes unos dolores atroces, los músculos que el día anterior estaban tan blanditos hoy están hechos de piedra y agujas, entonces decides que mejor ese día no vas a salir a entrenar que tampoco tienes por qué salir todos los días y tal... Al final, ya no vas más días a entrenar por el miedo que te da a pasar otro día de dolores y te presentas en la carrera o en donde sea sin haber dado palo al agua.
3. El día antes de la carrera deberías no salir de copas. La buenas intenciones nunca están mal, lo que ocurre al final es que justo el día anterior tenías la típica fiesta con esos amigos que hacía dos años que no veías y no te vas a ir para casa temprano, sueltas la típica frase esa: "yo hoy voy de tranqui y me iré para casa temprano".... Estás condenado. Yo hoy voy de tranqui quiere decir que te vas a beber hasta el agua del cubo de la fregona, que vas a bailar hasta morir, que vas a terminar la noche pegando saltos en un sitio de esos de chundeiro, que vas a dar más berridos que un pastor y que te vas a ir el último para casa después de haberte puesto, adicionalmente, hasta arriba de chocolate con churros (buenísimo para la dieta que has de seguir como deportista que eres). Encima, no vas a dormir más de tres o cuatro horas ya que has de comer pronto, si es que tienes estómago, para irte a la carrera, en la que te presentas hecho un guiñapo y con una resaca del quince.

Bueno, ya os contaré en qué puesto he quedado. He seguido un duro plan de entrenamiento a base de cenas navideñas, comidas con los amigos, fiestas sin fin con muchas copas, siestas de dos o más horas, y todo tipo de alimentos bajos en calorías y ricos en fibras como chuletones, patés, cordero, etc... He de confesar que sí que he salido muchas veces a entrenar pero con estos días tan señalados lo he perdido seguro.

Después de todo esto que he dicho, voy a lanzar un par de preguntas al aire:

• ¿Dónde están las ventajas del deporte si terminas hecho polvo y además los días venideros sigues hecho polvo?
• ¿Por qué debe uno sacrificarse tanto por el deporte comiendo menos, saliendo menos y disfrutando menos? Si te sacrificas y haces cosas que no te gustan como ponerte a dieta, entrenar, dejar de salir, amargarte la vida ¿dónde está lo bueno del deporte?.

Además en mi caso, sé seguro que soy malo en todo y que no voy a ganar nunca en nada. Porque esos que salen en las olimpiadas y en ese tipo de sitios aún se pueden llevar el honor y la gloria pero yo...