Irlanda (y VI)
Después de una noche un poco mala con tanto fantasma y tanta leche, nos levantamos temprano porque el irlandés facha nos metió miedo de los atascos que se montan en Dublín y no fuera que perdiéramos el avión. Cuando nos levantamos estaban pasando los pingüinos con bufanda por la habitación del castillo del frío que hacía y yo estaba sudando de la funda nórdica que tenía en mi cama. Desayunamos un zumo rancio y un poco de leche de garrafón y al coche.
Decidimos coger una carretera secundaria para evitar atascos pero al final nos cogió el atasco de la M50 (nuevamente). La luz de la reserva iba encendida todo el tiempo y no queríamos echar más porque nos dijo la patapalo que había que dejar el depósito lo más vacío posible porque la gasolina que quedara sería "no refundable" nos dijo. Llegamos al sitio de devolver el coche por los pelos y aún así nos permitimos dar un par de vueltas más en primera por todo el aparcamiento del hotel y con el coche a 5000 revoluciones para que se gastara más. Devolvimos los papeles y nos fuimos para el aeropuerto ya un poco con morriña.
Llegamos al final con doscientas horas de antelación por culpa del madrugón, sin necesidad, que nos dimos. Facturamos las cosas y nos fuimos a hacer el polaco por ahí. En el ascensor viene un viejuno y nos pregunta que para dónde iba y le decimos que "go down" y nos dice "abahooo! arribau, abahooou, al centrouu y pa'dentrouuu"... nos quedamos fritos con que un viejo irlandés nos soltara esa. Nos pusimos en plena puerta del aeropuerto a zamparnos unos bocatines con los restos del fiambre que traíamos de casa: unos sandwiches con dos rebanadas de pan y entre medias cuarto de kilo de chorizo y jamón serrano. La gente hasta nos miraba regular.
El viaje en el avión fue tranquilo ya. La gente no iba tan animada como en el de ida, sólo tuvimos un percance al llegar y fue que el piloto casi se sale de la pista al aterrizar. Vimos que íbamos bajando para aterrizar, bajando y de repente se veía la pista debajo de nosotros pero sin tocarla... la pista iba pasando... el avión no bajaba... y mucho más adelante de media pista por fin toca tierra y empieza a meter un frenazo el piloto que se dejó las ruedas en la pista el tío. Fijaos si terminó justo que en cuanto terminó de frenar giró hacia la terminal. Esta vez sólo hubo tenues aplausos al piloto al llegar, más caras de miedo que otra cosa y más de unas bragas o calzoncillos con frenazo también como la pista.
Bien, pues esto ha sido todo mi viaje a Irlanda. Espero que hayáis disfrutado con él al menos tanto como yo contándolo, por supuesto os recomiendo que vayáis vosotros mismos a vivirlo porque es una experiencia que no tiene precio. Mi próximo destino no sé cuál va a ser pero ya tengo pensado Escocia, EEUU, Japón, etc... Y como no: España.
5 Comments:
Pues ha estado muy bien la crónica. Dudo que yo me lo pase tan bien en un viaje, al menos tú cuentas un montón de cosas curiosas, como lo del viejo ese diciendo "Pa arriba, pal centro..." y tal.
Vamos, a mi me hace eso el piloto y lo mato, lo paso muy mal en los aterrizajes.
Genial tu crónica del viaje por la verde Eire, me lo he pasado pipa siguiéndola.
Un placer entrar en tu casa.
Besos.
Jeje vaya aventura macho!
yo me iré a USA este verano...a ver que te relatos te traigo...
byez!
Un gran viaje si señor
Tío para la próxima me llevas aunque sea para llevarte las maletas...
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