¡Ay Madrid!
Hoy toca cuento o yo lo llamaría más bien historia, a ver qué sale:
¡Ay qué bien cuando llegue a Madrid! Eso iba pensando Laura en el bus que había cogido desde su pueblo. La habían llamado dos semanas antes ofreciéndola una oferta para trabajar en la capital. Sin pensarlo dos veces, empezó a preparar el viaje: buscó casa, se sacó el billete del bus y las demás cosas que uno hace cuando cambia de ciudad. Ella nunca había salido de su pueblo, un pueblo de Albacete ni demasiado grande ni demasiado pequeño pero, desde luego, nada comparable con Madrid.
En el bus todo el mundo iba durmiendo, porque se había preferido viajar de noche y llegar por la mañana, pero ella iba dándole vueltas a la cabeza sobre su próxima vida nueva en la ciudad. Lo primero que haría sería montar en el metro, un amigo suyo que venía todos los veranos al pueblo y que era de Madrid le había contado que con el metro uno podía llegar donde quisiera rápidamente... o algo así había entendido ella. Por las tardes iría a pasear por el centro de la ciudad a ver el Palacio Real, el Teatro Real, Callao, Sol, etc... Y algo que no debía olvidar era ir a ver el Bernabéu: su padre la había encargado una camiseta del Real Madrid para lucirla en el pueblo... y ya que estaba allí se daría una vuelta por el museo y tal...
El señor con el que había hablado por teléfono para el alquiler de la casa le había dicho que no había problema en que llegara a mediados de mes, sus compañeros de piso ya estaban allí y la tendrían todo preparado para alojarse en una de las habitaciones. También la había comentado que la casa estaba situado en uno de los barrios más lujosos de Madrid: en Lavapies, y que era una casita coqueta en el 5º piso de un edificio de época con corrala y todas las comodidades que un piso puede tener. Sólo pensaba en lo bien que iba a estar allí, qué comodidades en un edificio de época y en ¡¡un barrio lujoso!! El precio del alquiler no era ninguna ganga, pero con todas esas ventajas que la había dicho el casero merecía la pena...
Ya estaba llegando a Madrid... qué autopistas madre mía! Si con el tiempo me hago con un coche voy a llegar volando a todos sitios, porque aquí con lo grande que es no habrá ningún problema de tráfico ni de aparcamiento, pensaba ella. Además, con el sueldazo que me han dicho que me van a pagar voy a vivir como una reina aquí, pensaba Laura. Por fin el conductor anunció el final del viaje en la estación de Méndez Álvaro. ¡¡Qué bien!!, bajó del autobus como en una nube y, cuando fue a buscar su maleta debajo del autobus por mucho que la buscara no la veía... cuando volvió la cabeza, vio que unos chicos corrían por la estación con su maleta!!! ¡¡Me han robado la maleta esos chicos, que alguien los pare!! Ay madre, qué voy a hacer ahora sin maleta... Al darse la vuelta para ir a vio un cartel que había en la estación bien grande que ponía: "Bienvenidos a Madrid".
Pues esto es todo por hoy, espero que os haya gustado. Hoy era más historia que cuento, pero he preferido escribir esto a otra cosa no sé por qué. ¡¡Hasta el próximo!!
PD: No me preguntéis quién es la chica de la foto, la he sacado de internet porque me venía bien para la historia, jejejeje. Si la conocéis pues mira mejor.
2 Comments:
Claro q conozco a Laura, es mi prima la del pueblo. Ahora ha dejado la casa de lavapies y se ha pillado una por sol q le viene mejor para su trabajo de puta en montera. Lo de la maleta lo supero rápido al ver que en su nuevo curro la ropa de antes no le servía, algo de imagen corporativa, dice ella.
jaja.. iba a escribir algo pero creo que el chico rob lo ha hecho muy bien.. jaja, yo también veo a laura de puta!
Antonio sigo sin entender tus cuentos o historias.. siempre espero que sigan de alguna manera!!y el consejo?
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